El puerto de Ribadesella fue escenario este atardecer de un rescate marítimo que estuvo precedido de insólitas situaciones. Un velero de bandera francesa que se quedó sin motor poco antes de entrar al puerto, en plena desembocadura del río Sella, se las vio y se las deseó para mantenerse a flote agarrado al muelle del Paseo de la Grúa hasta que fue rescatado por la embarcación de salvamento de Cruz Roja Ribadesella.
Antes del auxilio definitivo, el velero pudo aguantar el embate de las olas gracias a la colaboración ciudadana, la de alguno de los numerosos peatones que en ese momento, entre las 20:00 y 21:00 horas, transitaban por el Paseo de La Grúa. Unos aguantaban los cabos que lanzaban los tres tripulantes del velero y otros hacían lo que podían. Los mas, mirábamos.
Minutos después llegaron dos agentes de la Policía Local que pusieron un poco de orden en todo lo que estaba sucediendo, incluso hicieron desistir de su intento a un intrépido piragüista de nacionalidad extranjera que con su kayak quiso remolcar a un velero de unos doce metros de eslora. No obstante, su pundonor mereció el aplauso del público allí reunido.
Los minutos pasaban y el barco seguía pegando con su quilla en las rocas que forman parte de la cimentación del histórico paseo riosellano hasta que, poco después de las 20:30 horas, llegó la salvación. La lancha de la Cruz Roja asomó su proa por la punta del arenal de Santa Marina con tres voluntarios a bordo y en escasos minutos le dieron la vuelta al barco y lo remolcaron hasta el puerto deportivo.
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