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La riosellana parroquia de Moru celebra la declaración del repique manual de campanas como Patrimonio Cultural de la UNESCO

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La riosellana parroquia de Moru celebra la declaración del repique manual de campanas como Patrimonio Cultural de la UNESCO

El toque manual de campanas ya es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, una fantástica noticia que fue recibida con júbilo en la parroquia riosellana de San Salvador de Moru, la única del concejo de Ribadesella donde aún se conserva esa centenaria tradición y donde esta mañana repicaban las campanas de su iglesia para celebrarlo y anunciar la buena nueva a todos los parroquianos.

Sin embargo, esa labor no fue ejecutada por el ‘campaneru oficial’ de Moru, José Antonio Martínez Somoano (foto), porque a sus 93 años de edad estaba un “poco pachucho”. En esta ocasión fue sustituido por dos de sus discípulos, José Antonio Blanco, vecino de Nocéu y Angel Somoano, vecino de Sardéu. Los dos llevan varios años tocando las campanas y hoy no faltaron a esta importante cita con la historia.

Esta fue una de las parroquias que en abril de 2018 participó en un repique simultáneo que se organizó en toda Europa para solicitar su declaración como Patrimonio Mundial de la Unesco. Y si para este sábado se convoca otro repique simultáneo para celebrarlo, San Salvador de Moru no faltará a la cita. “Aún no lo tenemos confirmado, pero si se hace oficial, participaremos”, aseguró Angel Somoano.

Como miembro de la junta directiva de la Asociación Cultural Iglesia de Moru, Angel Somoano considera que el título otorgado al repique manual de campanas “es una buena noticia para todos los parroquianos y para todo el municipio”. Y prometió que en Moru piensan mantener una tradición que “es como el whatsapp de hace cuatrocientos años o mas”.  De momento, el relevo generacional está garantizado para unas decenas de años.

A lo largo de este año, la asociación cultural ha invertido cerca de 40.000 euros en la renovación del tejado de la bóveda del templo, la que protege las pinturas murales del siglo XVI allí existentes. “Ya tenía alguna gotera que otra y se ha cambiado toda la solera sobre la que se asientan las tejas y quedó fantástico”, afirmó Angel Somoano. Esta última actuación se financió con la ayuda de la Consejería de Cultura, el Arzobispado de Oviedo, el Ayuntamiento de Ribadesella y las donaciones particulares.

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