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El Biempica Tres ya descansa en el carro de varada de Ribadesella tras ser reflotado del lecho del puerto

Ribadesella Sociedad

El ‘Biempica Tres’ ha salido a flote después de permanecer siete días hundido en la dársena pesquera de Ribadesella. No fue por arte de magia sino gracias a la intervención de un equipo de rescate integrado por una grúa y submarinistas. Su reflotación se prolongó durante cinco horas de intenso trabajo. Comenzó a las nueve de la mañana con la llegada al puerto de Ribadesella de los técnicos en actividades subacuáticas. Poco después lo hizo una gigantesca grúa. Ambas empresas tomaron posiciones y dos horas después, con la ayuda de la marea y una enorme boya burbuja, el pesquero comenzó a levantar su pancha del lecho del puerto.

            El proceso fue lento, al ritmo de la pleamar. Según subía la marea, la burbuja tiraba del ‘Biempica Tres’ hacia arriba hasta que los buzos pudieron extender a su alrededor las eslingas que lo sujetaron a la grúa. Esta lo mantuvo a flote durante otro largo proceso, el de vaciado. Era necesario extraer toda el agua que tenía el buque en su interior el buque. Para ello se utilizó una cisterna de extracción de lodos. Después de una semana en el fondo de la ría, el barco presentaba un aspecto fantasmagórico. El proceso fue seguido por numeroso público y en ocasiones acompañado por un ligero orbayu.

Ahora toca limpiarlo y revisarlo para reparar todos los daños que pueda tener tanto el casco como el motor. Para llevar a cabo este trabajo el ‘Biempica Tres’ fue remolcado por el ‘Nuevo Mar Azul’ hasta el carro de varada que la cofradía de Pescadores Virgen de Guía de Ribadesella tiene ubicado en El Muellín. Allí se llevarán a cabo el resto de operaciones quirúrgicas para devolverle la vida y buscarle una salida, una posible venta, ya que este barco llevaba varios meses fuera de servicio tras la jubilación de su armador Miguel Angel Alonso Tirador.

Esta embarcación amaneció hundida en el puerto 25 de julio pasado. Aún se desconocen las causas exactas de su naufragio. Esa misma madrugada, hacia las tres, el armador se pasó por el muelle a echarle un vistazo y el barco estaba bien. Horas después estaba completamente sumergido en la dársena pesquera a escasos metros de la rula. Los servicios de emergencias del Principado de Asturias instalaron una barrera de protección anticontaminación que tuvo que ser reforzada en dos ocasiones. Había escapes de aceites y fuel que superaron la barrera, llegaron a la ría e incluso a la playa, según algunos bañistas.

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