La cueva Tito Bustillo de Ribadesella iniciaba este viernes una nueva temporada turística. A las 10:15 horas se abrieron las verjas de entrada para dar paso al primer grupo de turistas que este año ha cruzado el umbral de una caverna que Patrimonio de la Humanidad gracias al tesoro artístico que guarda en su interior. La cueva permanecerá abierta a las visitas hasta el 31 de octubre, manteniéndose cerrada los lunes, los martes y los días 3 y 4 de agosto. Una visita que estará restringida a 150 personas diarias repartidas en 10 pases.
Teniendo en cuenta las limitaciones por razones de conservación, la temporada comienza con un alto nivel de reservas y ocupación. Para este primer fin de semana se han vendido 221 entradas, aunque el goteo es constante, “así que se promete un fin de semana con mucha demanda y entretenido”, apuntó la coordinadora del Centro de Arte Rupestre, Elena Molina.
Lo mismo se puede avanzar de cara al resto de la temporada, para la que esta mañana ya se habían reservado 7.717 entradas, “lo que demuestra que la cueva Tito Bustillo es uno de los buques insignia que tiene el concejo y toda la Comunidad”, añadió.
En esta época del año predominan los grupos escolares, aunque en unas semanas cambiará el perfil del visitante dando paso a visitantes de otras regiones españolas y otros países.
Los visitantes pueden compaginar la visita a la cueva, que suele durar alrededor de una hora, con la visita al Centro de Arte Rupestre o a la Cuevona de Ardines. Esta última, situada a escasos metros de Tito Bustillo, puede considerarse como el gran Pantéon del Paleolítico.
Se trata de una gigantesca cúpula geológica que alcanza los 40 metros de altura, donde se sitúa un boquete, un óculo natural que permite el paso de la luz diurna. Forma parte del mismo sistema de galerías del Macizo de Ardines y puede visitarse durante todo el año salvo en el mes de enero, en el que también permanece cerrado el Centro de Arte Rupestre.
En esta cavidad suelen organizarse eventos culturales durante la primavera y el verano. Desde representaciones teatrales hasta actuaciones musicales, destacando entre estos últimos los Conciertos Clásicos de La Cuevona en el mes de agosto.
Visitantes escuchando las explicaciones de Aurelio Capín, guarda-guía de la cueva, antes de subir los 300 escalones de acceso a La Cuevona de Ardines en el mes de septiembre pasado
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