
Ante las recientes críticas en torno a la empresa seleccionada para acometer las obras de acondicionamiento de la avenida de Tito Bustillo, la alcaldesa recordó que la selección no se realiza a través de un “casting” sino a través de los procedimientos legales con los que deben cumplir todas las administraciones públicas. “Nosotros no escogemos a las empresas. Ya quisiéramos, pero si una empresa cumple con todos los requisitos, esa empresa es a la que hay que adjudicarle la obra”, respondió Charo Fernández.
Según explicó, una parte de la UTE que ha trabajado en la avenida de Tito Bustillo se había encargado del derribo de la Nave Delfa “y lo hizo con plena garantía y plena seguridad, no teníamos nada que nos indicara que en esta segunda obra fuera a ir mal”. Por el contrario, la primera empresa de las que se presentaron al concurso y no estaba en baja temeraria, “quebró al mes siguiente, con lo cual aquí estamos a expensas de lo que la Ley de Contratación nos deja hacer que es muy poco y con muy poco margen”.
La regidora anunció que el Ayuntamiento está haciendo “todo lo posible” para rescindir el primer contrato con la UTE Dieza SL-Iván Rodríguez Montequín y para reanudar cuanto antes la obra. Ese era el paso que también se esperaba en el Partido Popular de Ribadesella. “Solo espero que esto se pueda agilizar lo máximo posible y se arregle de una vez por todas para acabar la obra cuanto antes”, aseguró el presidente Juan Manuel Blanco. Teniendo en cuenta los ocho meses de retraso que acumula la actuación, el concejal la comparó con “la obra de El Escorial, en la que al final quienes pagan los platos rotos siempre somos los mismos”, en este caso, “los ciudadanos que nos vemos obligados a usar esa carretera todos los días”, añadió Blanco.